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TELE DESCONGOJANTE

Redefinen la palabra "friqui". También la palaba "camaleónico". Y, de paso, la caca "humor inglés". Son "Little Britain". De lo mejorcito en cuestión de partirse la caja de la ídem tonta. Fíjate que hasta los del Plus la echan subtitulada y todo. Gansadas barriales, cockneys y groseras, como si Benny Hill se hubiese infiltrado en los Monty Python. En la otra esquina, el ente que se suele esconder tras tortitas del VIPS o guisantes con guacamole, que no es otro que Andy Milonakis, la última sensación cómica de la factoría MTV. Un chavalote costroso, bocazas, metomentodo, friqui y gordo cabrón. Pero le adoramos. Por meterse con los homeless y las viejas tan entrañablemente. Por tener unos amigos más impresentables que él. Por pedir pizza y fingir que ha sido secuestrado y tiene un ataque. Por vestir a su gato de satán y "lo otro" (Jesus-Kitty). Y porque el tío tiene ¡30 tacos! y parece que son 13, menos por el mechón canoso del cogote. Andy, eres la reoca. Encima, rapea como el que más. A las 0.30, en el canal 82 del Digital y tal. Aprende, Knoxville.

A&A: TWO MUCH

Dejando hueco para grabar el maratón chanante, y aprovechando que en breve la despachará ABC en su colección de DVDs sobre Audrey Hepburn, ayer vi "Dos en la carretera" en VHS, una de las mejores películas sobre la relación en pareja que conozco, junto a "Te querré siempre", "Lost in translation" y "No es bueno que el hombre esté solo". No necesariamente por ese orden. Se me encogió un poco el corazón al ver a la bella y pre-glam Audrey imitando a la señal de tráfico móvil y al cockney Finney perdiendo el pasaporte tan cómicamente, cuando en realidad el fondo es una lucha amarga y titánica contra la rutina cotidiana a dos bandas, por mucha tierra y carretera de por medio que se quiera poner. El topicazo "me hizo reír y llorar" nunca ha estado tan gozosamente justificado. Maravillosa. Única. Mágica. Sin querer, alguna traviesa neurona del grupo de las road movies me hizo recordar una extraña y tronchante teleserie de hace mil años: "El autoestopista", donde un maromo "en ruta" parecido a Hugh Jackman se veía involucrado en unos misterios estilo "The Twilight Zone" pero sazonados por un erotismo frotón a lo "Mike Hammer". Por favor, que la rescaten en el cacareado canal Sci-Fi o donde sea. YA.

EL DÍA CH

EL DÍA CH

Aunque mañana es fiesta, para algunos, nada de irse al desfile de la cabra de la Legión ni similares. Porque, ahí donde le veis, el 12 de octubre de 2006 será recordado como el Día Chanante. Esto es, toditos los programas de la ya mítica tontuna televisiva desde las 9 de la mañana hasta las tantas. Así que a madrugar y a gozar con Chimo Bayo y el gañán, gambiteros. Bueno, y esta noche, Canal + repite el maravilloso documental entre dos de los nuestros: Redford y Newman. ¿Hace falta añadir más?

CHA-CHA-CHANANTE

Antes de que se me olvide, no querría pasar por alto la fiestaca que me metí el jueves en el marco incomparable de Florida Park. Nada menos que la celebración de los 50 primeros programas de "La hora chanante", uno de los escasos reductos de humor etiqueta negra de la caja tonta. Sólo "Little Britain", "El show de Andy Milonakis" y "Vaya semanita" se le acercan. Como no podía ser menos, el encuentro fue tan dadaísta y friquista como cabía esperar, con muchas mediasnoches con mirinda, sonido de "lolipop" y tontunas variadas. Si de los Monty Python se decía que hacían humor para postgraduados, el target de los chanantes es claramente COU (o lo que sea ahora): listos, avispados, que saben latín (al menos, en mi época), gorrones, regomeyos y con la poca vergüenza de quien no ha pisado la universidad y sus miserias. Además, estuve con mis amiguetes de Vanidad Roberto y Jaime (cada vez más clavadito a Steve Nash), que me presentaron a Joaquín Reyes in person. ¿Os podeis creer que me hizo más ilusión que si fuera el mismísimo Woody Allen? Luego, a medianoche, empezaron a tocar unos tales Ojete Calor y servidor se recogió, porque ya es "viejuno". Por cierto, el regalito de la salida, entregado por unas "jamelgas en bikini", estaba a la altura del guateque: un disco de vinilo rojo con los hightlights del programa. Así, mientras rescato el tocata de mi madre, mi hija lo usa como "frisbi" playero. Qué cracks sois.